jueves, 13 de junio de 2013

EL LOBO IBÉRICO



El lobo ibérico (Canis lupus signatus), es la subespecie autóctona del lobo de la Península Ibérica (España y Portugal).

Fue descrita como subespecie por Ángel Cabrera en 1907 sobre la base de algunas características físicas: manchas blancas en las mejillas y marcas oscuras en la parte frontal de las patas delanteras le dan la característica de estar "señalado", como el nombre de signatus indica. Sin embargo, una reciente revisión de la taxonomía de la especie no reconoce a signatus como subespecie e incluye a las poblaciones ibéricas en la subespecie nominal lupus. Es más, la IUCN la denomina Canis lupus (subpoblación española ? portuguesa). Estos últimos estudios señalan que la subespecie italicus (Italia) podría estar a punto de contactar con las poblaciones ibéricas a través de Pirineos.

Sea como sea, las poblaciones ibéricas por sus peculiaridades morfológicas, genéticas, ecológicas, e incluso culturales debido a su interacción con el hombre, se merece un punto y a parte a la hora de hablar de conservación en la Península Ibérica.

En datos numéricos, hacia 1988 se estimó que la población del lobo en España era de entre 1500 y 2000 ejemplares. En el año 2002, se calcularon al menos unos 2000 lobos, y en Portugal se calculan de 300 a 400 ejemplares de lobo ibérico. Parece que el lobo está aumentando sus poblaciones, aunque aún queda mucho trabajo por hacer.

Con respecto a su catalogación, hay varias dependiendo de la zona:

El lobo ibérico es vulnerable en el Libro rojo de los vertebrados de España.
Está catalogado como casi amanezado en el Atlas de los mamíferos terrestres de España.
Está catalogado como casi amenazado y dependiente de conservación por la IUCN.
Está considerada especie en peligro de extinción en Portugal.


Características

Tiene pelaje de color pardo, que puede variar entre algo más oscuro y más rojizo. Los jóvenes, además suelen tener tonalidades grisáceas durante el invierno y marrón oscuro durante el verano.

Las características que diferencian al lobo ibérico del europeo, y que le han dado el nombre signatus (signado o señalado) a su subespecie son:

1. Manchas blancas en los belfos, o bigoteras.
2. Manchas verticales negras en la parte frontal de sus patas delanteras.
3. Una mancha oscura a lo largo de su cola.
4. Mancha oscura alrededor de la cruz (zona de la nuca), llamada silla de montar.

Los machos suelen superar los 40 kg. y las hembras los 30 kg.; tienen una longitud de 130 a 180 cm. los machos y de 130 a 160 cm. las hembras. La altura hasta la cruz es de unos 70 cm.

La cabeza es grande, las orejas triangulares pequeñas y los ojos oblicuos de un característico color amarillento.


Alimentación: Es un animal carnívoro que se alimenta principalmente de grandes herbívoros y otros mamíferos de menos tamaño. Según un estudio de Félix Rodríguez de la Fuente, su dieta estaría compuesta de grandes mamíferos (como corzos, muflones, ciervos...) en un 35%, ovejas en un 24%, conejos en un 14%, ratones de campo en un 9%, carroña en un 7%, reptiles y aves en un 5%, insectos y vegetales en un 4%, y otros carnívoros (como zorros o perros) en un 2%.

Normalmente van en grupos de no más de siete individuos, en los que se encuentran la hembra y el macho alfa, que son los únicos que se reproducen en la manada y los primeros en comer, son pues los dominantes.

A la hora de cazar, siempre van a por las presas más débiles que serán las más fáciles de alcanzar. Además si van a cazar a un animal de un rebaño cooperan para ahorrar energía, poniendo en práctica la técnica del acecho. Para animales de menor porte como conejos, uno o varios lobos actúan a manera de batidores, mientras los demás se mantienen a la expectativa, por lo regular cerca de la entrada de la conejera, lugar al que la presa acosada acudirá buscando refugio. Para cazar presas grandes suelen hacer primero heridas en la zona ventral, y para presas de mediano o pequeño tamaño suelen centrarse en el cuello.


Hábitat y área geográfica

Hasta el siglo XIX el lobo ibérico se distribuía por casi toda la Península Ibérica. No fue hasta el siglo XX que comenzó un proceso de regresión que alcanzó su máximo en los 70, cuando saltó la alarma. Entre las causas se encuentran que España puso en marcha una campaña entre 1950 y 1960 para exterminarlo, acabando con el lobo en casi todo el país, y que Portugal hizo algo similar acabando con los ejemplares de la zona del Rio Duero hacia el sur. En este momento su área se reducía a un núcleo principal en el noroeste peninsular, junto a pequeños grupos en el centro y sur muy aislados. A partir de este momento se empieza a recuperar gracias al abandono progresivo de las zonas rurales, a una menor persecución directa, por las campañas de sensibilización (un ejemplo fue Félix Rodríguez de la Fuente) y la ley de caza que prohibió el uso de veneno.

Hoy es un animal protegido y desde los años noventa se encuentra en franca expansión a lo que se añade el aumento de densidad en las zonas tradicionales. Se tiene noticia de que las poblaciones asentadas en Castilla y León están avanzando hacia Extremadura, Madrid, Aragón y Guadalajara. Las poblaciones de Andalucía han tenido menos suerte y parece que los últimos lobos de Sierra Morena han desaparecido en los últimos años. Es abundante al noroeste de la Península.

Portugal acoge aproximadamente al 10% de los individuos de lobo ibérico que habitan la Península. Se extiende por 18.000 km2 en el noreste de Portugal de manera contigua a la española y consta de 46 a 62 manadas localizadas (Carreira y Petrucci-Fonseca, 2000; Alexandre et al., 2000; Alvares et al., 2000; Barroso, 2003).


Amenazas

A pesar de que parece que su población se ha recuperado un poco en los últimos años, su conservación no está ni mucho menos asegurada y tiene importantes problemas a los que hacer frente:

La desaparición de su hábitat junto con el aumento de la presión humana aumenta el número de conflictos. Un ejemplo es la existencia de poblaciones de lobos en grandes fincas privadas del sur de España, que han sido exterminados ilegalmente por supuestos daños a la caza menor, aunque estos sean anecdóticos.

Además su hábitat ha sido fragmentado por infraestructuras como autopistas y vías de ferrocarril valladas que crean aislamiento poblacional y por lo tanto mayor riesgo de extinción de pequeñas poblaciones aisladas. Un aporte para evitar el problema sería la construcción de puentes con vegetación por encima de las carreteras para por lo menos hacer el problema menor.

Los conflictos con intereses de ganaderos y el desinterés de las autoridades que en muchos casos deniegan o se retrasan en el pago de las indemnizaciones a los ganaderos perjudicados por asaltos de lobos también es una amenaza. Muchas veces se persigue y envenena a los lobos por los ataques al ganado.

Además ningún cazador furtivo de lobos ha sido jamás multado a pesar de que se calcula que entre un 70-80% de los lobos que mueren cada año lo hacen a manos de estos cazadores.

Aunque no supone amenaza tan grave, cabe tener en cuenta el problema de la pérdida de la identidad genética de la especie por el cruce con perros asilvestrados y la desaparición de su organización social por verse obligados a vivir en condiciones inadecuadas como es el adaptarse al carroñeo en basureros.

En lo mitológico, es un animal que ha sido relacionado con creencias de ultratumba, y que frecuentemente se presenta como arquetipo de ferocidad. En el libro "El lobo ibérico: biología y mitología" de Ramón Grande del Brío se incluye una descripción a fondo del lobo en la mitología ibérica.


Medidas de conservación

Es muy importante el estudio y divulgación de los conocimientos sobre el lobo para acabar con los tópicos sobre estos animales, y que las personas que conviven con ellos lo consideren algo propio, y no una amenaza.

Varios equipos científicos y organizaciones ecologistas trabajan a favor de la conservación y estudio del lobo. Un ejemplo es el de los investigadores del CSIC, que están estudiando la posibilidad de llevar a cabo la reintroducción del lobo en Andalucía y Extremadura. Además un municipio de Zamora, Muelas de los Caballeros, al encontrarse cerca de una de las mayores poblaciones de lobos de España ha demostrado un verdadero interés de conservación, y pretende prohibir su caza por considerarlo especie emblemática.

En 2005 se aprobó la Estrategia Española de Conservación y Gestión del Lobo, para establecer un marco de referencia y regulador con las líneas básicas que se deben contemplar en la gestión del lobo en España.

En la Península Ibérica, la gestión se enmarca dentro de la Directiva Comunitaria 92/43/CEE, según la cual al sur del Duero está protegida desgraciadamente después de que las poblaciones ya se consideraran extintas. La ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad traspone a la legislación española la Directiva 92/43/CEE.

Aun así, en la mayoría de las comunidades autónomas el lobo figura en los listados regionales de aquellas especies que pueden ser objeto de caza si se autoriza expresamente. Por todo ello, es habitual que sea una especie objeto de aprovechamiento cinegético.

Por último, los 300 ejemplares estimados de lobo ibérico presentes en Portugal, están catalogados por la legislación (Ley 90/88, Decreto-Ley 139/90) como Especie en Peligro de Extinción, lo cual implica el máximo grado de protección legal en el Estado luso. Allí, aunque la legislación y la actitud de la población es más conservacionista, el lobo también sufre una situación crítica. Los lobos están estrictamente protegidos en el país vecino por la misma Directiva Hábitats y por el programa Life de la Unión Europea; sin embargo, para algunos lobos portugueses esta protección no es efectiva. Existe una población de unos 150 lobos en la frontera entre España y Portugal. Estos lobos, que viven relativamente seguros en el lado portugués, son matados indiscriminadamente cuando pasan a territorio español, concretamente en Galicia y Zamora, con lo que muchos esfuerzos realizados al otro lado de la frontera por el bienestar del lobo caen en saco roto.


Reportaje sobre el lobo ibérico:


No hay comentarios:

Publicar un comentario