sábado, 31 de agosto de 2013

Armadillo gigante, tatú o tatú carreta




El armadillo gigante es el mayor armadillo viviente. Tiene una longitud entre la cabeza y la cola de 150 cm a 160 cm, de los cuales aproximadamente 50 cm corresponden a la cola y pesa 60 kg aproximadamente .
Al igual que el resto de los armadillos, se caracteriza por tener una armadura ósea que le cubre el dorso y los costados que, a pesar de su aparente rigidez, en realidad resulta ser una estructura bastante flexible.
Su caparazón conjuntivo está formado por placas rígidas yuxtapuestas, enlazadas en la región central del dorso por unas fajas semicirculares que no están soldadas entre sí (cíngulos). El caparazón de los armadillos representa, por su extrema dureza, una excelente defensa contra sus predadores. En la parte media dorsal, estas piezas adquieren la suficiente movilidad para permitir el arrollamiento y extensión de su cuerpo. Gracias a este dispositivo pueden transformarse en una masa redonda y acorazada, en uno de cuyos polos guarda la cabeza, protegida a su vez, por las mismas defensas generales del cuerpo.
Su coloración es amarillenta en los flancos y más parda en lo dorsal. Las manos poseen largas uñas de hasta 20 cm de longitud. Su cola llega a medir 50 cm, y al igual que las patas están revestidas de pequeñas placas. El hocico es pronunciado. Las orejas y el escudete cefálico son notables pero no muy grandes. Las patas son fuertes y musculosas. Los pies poseen uñas en cada uno de los dedos. Carece de pelos.
Posee de 18 a 24 pequeños dientes por cada mandíbula, y su lengua posee glándulas mandibulares especiales, con la función de segregar una sustancia viscosa que, al cubrir la superficie de la lengua, facilita la captura de insectos.
Los sentidos no están muy desarrollados en este animal, a excepción del olfato, que es especialmente agudo y tiene un importante papel en la detección de las presas. Al ser un dasipódido, carece de papilas gustativas en la superficie de la lengua, por lo que al parecer no aprecia los sabores. La vista también es imperfecta y, como la mayoría de los mamíferos, estos animales no perciben los colores por carecer de conos en la retina, pero es un hecho que no tiene demasiada importancia en los animales de costumbres nocturnas. 

DISTRIBUCIÓN Y HÁBITAT
Priodontes maximus es de distribución amplia a nivel suramericano. Se extiende al este de Los Andes desde el norte de Colombia, Venezuela y las Guayanas, hasta el norte de Argentina, abarcando la cuenca del río Amazonas (Wetzel 1982, Eisenberg 1989, Emmons 1990). Tolera una gran variedad de hábitats que incluye desde sabanas hasta bosques húmedos siempre verdes (Eisenberg 1989).
Probablemente en el pasado la especie habitaba zonas de sabana, donde ha sufrido extinciones locales al no contar con refugios para huir de los cazadores (Emmons 1990).
Los armadillos gigantes viven en cuevas construidas con las poderosas garras de sus miembros anteriores.

COMPORTAMIENTO
De hábitos casi solitarios, se le puede encontrar solamente acompañado cuando se encuentra en pareja.
Los armadillos gigantes son de costumbres nocturnas y durante el día se retiran a descansar en el interior de sus madrigueras o plegándose sobre sí mismos. 

REPRODUCCIÓN
Llegan a la madurez sexual entre los 9 a los 12 meses. La procreación es de una a dos crías y se gesta aproximadamente en cuatro meses.

DIETA
Los armadillos gigantes son insectívoros especializados que consumen preferiblemente hormigas y termitas coloniales, aunque también se alimentan de larvas de otros artrópodos e insectos en general. (Mondolfi 1971b, Barreto et al. 1985, Gremone et al. 1986, Eisenberg 1989).
Utilizan las garras de sus extremidades delanteras para buscar su alimento, desenterrando larvas de insectos, bulbos y tubérculos, donde las plantas almacenan reservas, o abriendo los hormigueros y termiteros para capturar sus habitantes. La captura de los insectos se ve facilitada por las glándulas mandibulares que segregan una sustancia viscosa que recubre la lengua. 

DEPREDADORES
Protegido por su dura coraza y gran tamaño, el armadillo gigante se convierte en inexpugnable para la mayoría de los predadores, excepto para el hombre, que lo persigue sin ningún control, utilizando su coraza con fines decorativos y aprovechando su carne.



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