No son pocas las personas que aún hoy tienen miles de interrogantes sobre un grupo de animales que desaparecieron hace cientos de millones de años, estoy haciendo alusión a los dinosaurios. Se ha indagado mucho sobre este antiguo reptil y sus especies, pero sin lugar a duda: ¡queda mucho por saber!
Los dinosaurios fueron un grupo de reptiles que aparecieron hace unos 230 millones de años (en cuanto discurría el triásico) y se extinguió hace unos 65 millones de años (a fines del cretácico). Se conocen por sus restos fósiles unas 350 especies distintas.
La mayoría de los dinosaurios se dividen en dos tipos: los del orden Ornitisquios (es decir, con cadera de ave), por ejemplo el Iguanodon y el Triceratops, y los del orden Saurisquios (o sea, con cadera de reptil) por ejemplo el Apatosaurus y el Tyrannosaurus.

Los primeros dinosaurios, como lo fueron el Staurikosaurus y el Herrerasaurus de Sudamérica, eran muy primitivos y su clasificación no está muy esclarecida. Algunos autores los encierran en los órdenes anteriores y otros los contienen en un grupo aparte. Eran animales chicos, de estructura liviana, bípedos (que están sostenidos sobre dos patas), carnívoros u omnívoros. Es posible que fueran más rápidos y ágiles que los que surgieron con posterioridad. Durante los tiempos siguientes, jurásico y cretácico, los dinosaurios desarrollaron una gran variedad de tipos adaptativos, muchos de los cuales lograron un tamaño grandioso.
Los primeros restos de dinosaurios se revelaron en Inglaterra en 1820. En el año 1840 ya eran conocidos algunos de estos grupos y el gran anatomista comparativo Richard Owen les dio el nombre de Dinosauria (término griego que en español significa ‘lagartos terribles’). De esta manera los reconocía como un grupo de reptiles de inmenso tamaño, de hábitos terrestres y de porte erguido. A pesar de, hasta 1880, con la indagación del oeste de los Estados Unidos y la recuperación de esqueletos fósiles completos, no se reconoció que los dinosaurios habían sido casi todos bípedos. Esta postura, tan inusual para un reptil, provocó numerosas opiniones acerca de su locomoción, conducta y fisiología.
En 1880, H. G. Seeley manifestó que los dinosaurios se podían reducir a dos grupos basándose en la disposición de sus huesos pélvicos. Los ornitisquios presentaban huesos púbicos parecidos a los de las aves. Los saurisquios, más convencionales, los tenían semejantes a los de los reptiles existentes. No obstante, las aves no evolucionarán a partir de los ornitisquios, si no de los saurisquios, de forma concreta: a partir de dinosaurios carnívoros de pequeño tamaño emparentados con el Deinonychus y el Compsognathus.

Origen de una especia extinguida
Los antepasados de los dinosaurios fueron un grupo de arcosaurios primitivos llamados tecodontos que surgieron a principios del periodo triásico. Algunos arcosaurios se convirtieron en verdaderos cocodrilos y otros en pterosaurios, reptiles voladores con alas compuestas de membranas finas de piel apoyadas sobre un solo dedo en forma de palo. También otros arcosaurios adoptaron el porte bípedo (mantenido sobre dos patas) y ciertas especies de estos reptiles evolucionaron finalmente en dinosaurios.
Los restos fósiles más viejos, pertenecientes a ambos órdenes de dinosaurios – los saurisquios y los ornitisquios – se han remontado en 230 millones de años. Esto indica que los primeros dinosaurios deben haber aparecido hace unos 240 millones de años; tenían aproximadamente 0.5 m de longitud y se alimentaban de pequeños animales así como de plantas tiernas. El Eoraptor fue uno de los primeros saurisquios, con 1 m de longitud y cráneo prehistórico. El Herrerasaurus, de 3 m y unos 250 kg, era un saurisquio (según algunas clasificaciones) relativamente grande que se alimentaba de carne y presentaba una pelvis primitiva.

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